Mmm... me siento ligera.
¿Y estos dedos tan finos que me ayudan a despejar las legañas y el adormecimiento de quien se acaba de despertar por la mañana?
Me rasco la barriga con lo que antes eran salchichas y ahora son dedos suaves y ligeros como hilos. Sorry, bitch, pero eso que llamas "barriga" no es más que una zona celestialmente plana con dos cumbres huesudas a modo de caderas.
Me toco por todos lados y no hay nada blando ni redondeado.
¿Y estas piernas tan delgadas que me ayudan a salir de la cama? Parecen incluso más largas que de costumbre. Claro, es que ya no son rollizas como las de un cerdito.
Y ahora, me lavo la cara y el espejo me responde con la imagen de un rostro de grandes ojos y pómulos prominentes. La barbilla fina... ¿Papada? ¿Qué coño es eso? Ya no forma parte de mi vida.
La camiseta ancha del pijama se desliza sobre mis hombros huesudos y deja al descubierto unas clavículas dignas de cualquier modelo que se mata de hambre.
Depende de mí escribir el guión de mi vida.
Este giro inesperado de guión tiene que llegar.
TIENE QUE OCURRIR.
No sé, me pareció genial lo que escribiste... el sueño de todas nosotras supongo...
ResponderEliminarSaludo!
Inspirador.
ResponderEliminarCuánto me alegro por ti! Ojala algún día llegue a estar en ese punto, el día que me levante diciéndome a mi misma: Eres perfecta. un besito :)
ResponderEliminarAh no, esto es pura ficción. Yo no estoy delgada ni nada que se le parezca!
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