Así es. Solo yo puedo poner remedio.
Me voy a apuntar al gym mañana. Por fin he cobrado y por fin puedo.
Tengo muchas ganas de volver a sentir la necesidad vigoréxica de tener que ir al gym y de sentirme megapoderosa cuando consigo hacer todas las repeticiones de pesas que me he propuesto.
¡Dios, cómo echo de menos el gym!
Además como aquí es más caro, aunque sea por amortizar me obligaré a ir.
Además está lejos, lo que añade caminata de 25 min a la ida y otros 25 min a la vuelta.
¡Todo ejercicio adicional es bienvenido!
En el tema peso y comida, no pienso hablar de estos días porque han sido horribles.
No entro en más detalles ni cuento las burradas que he comido porque no quiero hundirme, quiero escribir esto para motivarme.
Voy a evitar mirarme en el espejo y voy a evitar los pensamientos negativos porque aunque a veces los quiera usar para motivarme (del rollo: gorda más que gorda, para de comer!) pues al final lo único que hace es que se me quiten las ganas de salir, de ver a mis amigos y de hacer cosas interesantes.
No quiero que el hecho de ser gorda me impida vivir la vida que quiero.
Y eso es, yo, NOSOTRAS, tenemos el control.
Y ahora lo necesito más que nunca.
Llegué a este país hace dos meses con unos 69-70 kg.
Ahora peso alrededor de 73,5 u 74, calculo yo.
La entrada la escribo para mi objetivo ahora mismo: perder peso antes de volver a casa por Navidad.
Y eso por varias razones:
1. Mis padres me van a volver a echar la mirada que tanto conozco de: joder, nena, ya has vuelto a irte a otro país y ya has vuelto a engordar 80 kg... No se te puede dejar sola, vaya un fracaso de hija gordinflona y sin autocontrol tenemos.
Esto ya me pasó cuando viví en otro país, solo que no volví con 4 kg más, sino con 10 por lo menos. Tampoco los culpo, pero una se siente como una mierda ya, solo falta que tus padres te echen la miradita...
2. Tengo una cena el mismo día que llego con la gente de mi colegio de cuando era pequeñita. Ellos me conocieron con mi delgadez natural, saben que toda la vida de dios he sido muy muy delgada. Vale que aunque consiga bajar a 65, seguiré siendo una gorda en comparación con los 50 kg que siempre he pesado delante de ellos en la adolescencia, pero mejor que me vean con 65 que con 73.
Esto para empezar. Yo lo que quiero es pesar 49 benditos kilos de huesos, músculos y piel radiante.
Tengo 21 días (incluido hoy) para bajar todo lo posible.
No sé cuánto podré, pero mis pautas a seguir serán simples:
- Cero atracones de dulces (un bollo o galleta de vez en cuando tal vez, pero NO ATRACONES).
- Verduras sin límite, hasta reventar.
- Frutas y protes buenas en moderación.
- Gym 4 veces por semana, tanto cardio como pesas, al menos una hora en total.
- Alcohol permitido, pero limitado. Cero chupitos, licores azucarados y cubatas con refresco, solo alguna cerveza y vino (en moderación, repito).
- Pesarme a diario para no dormirme en los laureles. Me da igual obsesionarme, es un objetivo de 21 días que al final pasan volando.
Puede que algún día también aplique lo que está contando Kinder sobre lo de hacer ayuno todo el día e hincharme a ensalada, pescado y carne por la noche para ver cómo funciona.
Si a mitad de camino (a los 10 días) veo que he conseguido resultados, aunque sean dos kilos solo (menos da una piedra), me voy a permitir ciertos caprichos para verme más guapa y motivarme:
- Lentes de contacto.
- Mi crema de la cara preferida.
- Pintauñas rojo.
- Raya de ojos negra nueva.
- Colorete.
- Tinte de pelo pelirrojo-berenjena.
Tengo que estar estupenda en la cena. Lo necesito.
Intake Día 21
Desayuno-comida: Tazón de guisantes + lata de atún + 4 cucharadas de guiso de arroz
Merienda-cena: más guisantes + lata de atún + cerveza (que es viernes y salgo)
Espero no comer nada más hasta mañana.