No he bajado ni un gramo

Ayer comí poco, muy sano, casi casi solo proteína por la noche (menos un poco de tomate frito en los huevos revueltos para darle sabor). Caminé y corrí recién levantada, caminé de camino a la universidad, y a la estación de autobuses, y luego me bajé una parada antes para andar más de la cuenta, salí otra vez una hora por la noche después de cenar para andar...

Y hoy, nada, mismo peso: 67,6 kg.

Lo bueno es que ya se nota que Ana está conmigo otra vez. Normalmente, un día como hoy, después de estar 4 horas andando por la mañana por el curro, habiendo desayunado solo frutita, con muchas ganas de sueño acumulado por los exámenes y porque no puedo dormir bien por las noches cuando me acuesto, pues en mi época de gorda (gorda mental, que gorda física sigo siéndolo) al llegar a casa al mediodía me habría tirado como una cerda a por la comida. Me habría atiborrado a todos los alimentos que me he estado restringiendo: pan blanco, patatas cocidas, postre... Sin embargo, he llegado, me he comido solo la carne del guiso (las proteínas), un poco de ensalada de marisco (gambas, palitos de cangrejo, lechuga y mayonesa) y dos sardinitas pequeñas. 

En realidad, veía el pan pegado a mí en la mesa y ni siquiera me llamaba ya la atención. O las patatas, y no tenía ninguna tentación de comerlas. Era como: bueno, si ya estoy vacía de comer muy poco ayer y esta mañana, para qué me voy a llenar con eso ahora, si soy una sebosa, no me hace falta ninguna y ni siquiera me apetecen esas mierdas... Sé que la mayonesa de la ensalada sobraba, pero es que ya hoy empezaba a notarme el cansancio y la debilidad de estar comiendo menos estos días y durmiendo poco y moviéndome mucho. Otras veces en mi trabajo de por las mañanas, aguantaba más horas sin cansarme porque comía mucho y tenía energía. Esta vez iba muy muy lenta, sin ganas, sin fuerzas y he parado una hora antes de lo previsto para esperar a mi padre en el coche (vamos juntos a lo de repartir propaganda). Y fijaos si me sentía débil que una hora más significaban 10 € más y no es que vaya yo sobrada como para permitirme perder dinero, pero uf, estaba ya aburrida de andar y cansada. Así que aunque el número no haya bajado en la báscula, algún resultado tendrá que haber si sigo a este ritmo por lo menos un mes. 

No veo la hora de que alguien que hace tiempo que no veo me vea y me diga: Dios, vaya cambio has dado en un mes, estás más delgada.